La combinación de los cuatro elementos químicos que componen la aleación, cobre, cromo, níquel y titanio, sometidos a temperaturas frías, proporcionan a estos arcos una maleabilidad y flexibilidad excepcionales al insertar en la ranura del braquete. A la temperatura de la cavidad oral, el arco vuelve a su forma inicial actuando constantemente para alinear los dientes sin ejercer mucha presión sobre el pegamento.